30.12.07

La última polémica de año (tiros al aire de entrecasa para vender un par de revistillas, diarios y afines)

En el último mes comenzo una polémica en la Revista Ñ (suplemento cultural de Clarín), forzada por ellos mismos, acerca de los blogs y su relación con el resto de las artes escritas.

Todo comenzo inocentemente: Patricia Kolesnicov le critica a Vicente Verdú una nota publicada en "El País", de España. Cuando lo leí pense que al español lo habian sacado de contexto pero la deje ahí. A la semana siguiente publican la nota de don Vicente y una refutación de Pablo de Santis. Ahí se armo el tole tole.

Verdú sostiene que la novela contemporanea (y habla de los argentinos ganadores de premios en España) deberia aggiornarse a tanto blog, sms, y Twitter que pulula por los alrededores de nuestra bienamada Web. Y tambien a las (¿desgarradas?) escrituras en primera persona del singular que relatan desventuras minímas y de cabotaje. Lo que parecería una ironía más del castizo con su correspondiente cuota de herida sangrante, aquí (en la Ñ) fue entendido de manera literal 100%. De Santis (se) defiende la literatura argenta mainstream, basada en policiales de modelo decimonónico. Argumenta que una literatura basada en lo cotidiano resultaría aburrida. All nice and well.

En el mismo número de la Ñ tenemos una nota de Josefina Ludmer hablando de sus literaturas postautonómas:


Aparecen como literatura pero no se las puede leer con
criterios o categorías literarias como autor, obra, estilo, escritura, texto, y
sentido. No se las puede leer como literatura porque aplican a ‘la literatura’
una drástica operación de vaciamiento: el sentido ( o el autor, o la escritura)
queda sin densidad, sin paradoja, sin indecidibilidad, “sin metáfora”, y es
ocupado totalmente por la ambivalencia: son y no son literatura al mismo tiempo,
son ficción y realidad.
Representarían a la literatura en el fin del ciclo de
la autonomía literaria, en la época de las empresas transnacionales del libro o
de las oficinas del libro en las grandes cadenas de diarios, radios, TV y otros
medios. Ese fin de ciclo implica nuevas condiciones de producción y circulación
del libro que modifican los modos de leer. Podríamos llamarlas escrituras o
literaturas postautónomas.

(Tomado de http://www.loescrito.net/. Nota completa acá.)

Habla de literaturas que se refieren en un ejercicio metonímico a la realidad contante y sonante, pero también habla (quizás si saberlo, pero lo dudo) de los blogs, de su lógica de publicación, el borramiento del autor en blogger, lurker y comentarista. ¿Quiero decir que el blog es la nueva literatura que pulula los bordes del mercado? No. Algunos, como en todas las épocas, que pugnan por entrar en el circuito, encuentran en la blogosfera una forma de hacer lo suyo, despuntar el vicio y, a la vez, probar suerte con los dados: que algún editor avezado lo descubra y lleve su obra al simpático papel. Otros buscan una forma de desdoblarse de la realidad. Los más, encontrarse con gente de intéreses similares.

Decia Marx, en el 18 de Brumario, que la historia se repetía dos veces: una como tragedia y otra como farsa. Las notas de dos semanas atrás, en la misma Ñ, firmadas una por Horacio Gonzalez y otra por Marcelo Birmajer, mezcla ambas. Una tragedia para la escritura, la primera: deshilachada, sin luces, ni argumentos solidos. Muchas palabras para decir nada, nadita, nada. La farsa viene que Birmajer: escritura sencilla para comentar el odio con el que embaten algunos bloggers contra la literatura "tradicional" y contémporanea. No deja de tener algo de razón, pero generaliza, y destila un tufillo a defensa sindical de un lugar que buscan cerrarle a muchos, para no quedarse sin trabajo.

Una polémica de barrio para vender diarios, revistas y afines, como reza el paréntesis del título.
Me pregunto, más allá de lo expuesto más arriba, por qué buscan crear divisiones y practicamente piden a los gritos la muerte del blog. Todos estos amables columnistas asustadizos pululan la pregunta: ¿cuándo se termina esto, cuándo se viene el declive del blog?

PD: La respuesta de Quintín.

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