23.8.08

De lo social a lo colectivo

"La Cultura se ha convertido en un sistema de defensa diseñado para salvaguardar al hombre de la técnica. Este es el resultado de asumir que los objetos técnicos no son parte de la realidad humana. (...) la Cultura no toma en consideración que, de hecho, en la realidad 'técnica' hay realidad 'humana', y que, para desarrollar completamente su rol, la Cultura debe reconciliarse con las entidades técnicas como parte de su cuerpo de conocimientos y valores. El reconocimiento de los modos de existencia de los objetos técnicos debe ser el resultado de la consideración filosófica; lo que la filosofía tiene que lograr en este respecto es análogo a lo que la´abolición de la esclavitud logró en tanto afirmación del valor del ser humano como individuo." (Trad. libre de la cita que se hace del libro de Gilbert Simondon "El modo de existencia de los objetos técnicos". en el blog The Accursed Share. Traducción de otra traducción nunca publicada y desempolvada de la biblioteca de una universidad norteamericana. Traduttore, tradittore).

"El hombre que quiere dominar a sus semejantes suscita la máquina androide. Abdica entonces frente a ella y le delega su humanidad. Busca construir la máquina de pensar, soñando con poder construir la máquina de querer, la máquina de vivir, para quedarse detrás de ella sin angustia, libre de todo peligro, exento de todo sentimiento de debilidad, y triunfante de modo mediato por lo que ha inventado. [...] Para volver a dar a la cultura el carácter verdaderamente general que ha perdido, es preciso poder volver a introducir en ella la conciencia de la naturaleza de las máquinas, de sus relaciones mutuas, y de sus relaciones con el hombre, y de los valores implicados en estas relaciones." (De la Introducción a El modo de existencia de los objetos técnicos, Prometeo, 2007. Trad. De Margarita Martínez y Pablo Rodríguez).

"El libro' El modo de existencia de los objetos técnicos' (...) no sólo es parte de una tesis de doctorado, sino que apunta a su época, denunciando la filosofía de la técnica moderna como inútilmente tecnofóbica. Hay que derribar los mitos acerca del reinado de la técnica porque no se reconoce la realidad humana detrás de las máquinas. El clima intelectual propiciado, por ejemplo, por posturas como las de Martin Heidegger en 'La pregunta por la técnica' o por la Escuela de Frankfurt, se parece, en opinión de Simondon, a la actitud insólita de Descartes que separa al animal del hombre." (Publicado en Revista Ñ el sábado 16/08/2008 por Pablo Rodríguez).

Citas, traducciones y contrastes. Todo esta lectura suscito algunas preguntas acerca de la utilización que hacemos de las tecnologías a nuestro alcance. Y en las discusiones que se generan a partir y alrededor de ellas.
En los blogs (en algunos) se generan textos de enorme vuelo teórico, apuntalados por imágenes, videos, audios y todo eso que coloca a los hipertextos en un estadio distinto (ni mejor ni peor) al de los libros. Pero, en general, la discusión no cobra vida. Es un dialogo de sordos entre el autor (y en ocasiones ni eso) y los comentaristas. Donde si había más discusiones (todavía la hay, por supuesto, pero el uso del pasado no es inocente) era en los foros de Usenet, hoy por hoy en los archivos de Google. De hecho, de esa manera comenzó todo este asunto: con un tablero de anuncios (así se los conocía entonces) sobre ciencia ficción. Tiene sentido: un hobby habitual para los estudiantes de lo relacionado a la cibernética. De hecho, allá por 1996 me hice adicto a uno de estos, sin saber bien que era (tenía 16 años). Eran reseñas de la serie de TV "Star Trek: Deep Space Nine" publicadas por el entonces estudiante, luego profesor de biología (si la memoria no me falla), graduado de la universidad de Caltech. Datos que a nadie le interesa excepto a mi. Volviendo: se generaban, allí, jugosas discusiones sobre las cuestiones planteadas, pero este fanatismo nunca llego al acervo popular masivo. Hubo muchos intentos de construir conocimiento colectivo, y algunas dieron sus frutos (pienso en el wiki de Lawrence Lessig). Pero no hay un salto real, más allá de la Wikipedia, los desarrollos del soft libre, y todas esas cuestiones relacionadas, de alguna manera a la red de redes. En los blogs no hay verdadera discusión. Y en los foros hay demasiada... mucho ruido y pocas nueces.

El lector, a esta altura, se estará preguntando que tienen que ver las citas del comienzo y este ditirambo de opiniones acerca de la creación colectiva (o falta de). Antes de ir hacia allí quisiera hacer una aclaración: es evidente que la creación colectiva existe. Pero a nivel práctico. El software libre es técnica aplicada; las entradas de la Wikipedia también, porque no van mucho más allá de la mención de una serie de datos.

Todavía, en cuanto a la tecnología se refiere, no hemos pegado el salto de lo social a lo colectivo. Seguimos pensando que, porque estamos en el mismo lugar, estamos juntos. Esto no es así. La tecnofobia de parte de una gran cantidad de pensadores es, fundamentalmente, miedo. El miedo a cambiar el individualismo que ha sido la base de la sociedad desde la Revolución Francesa/Industrial. Para Descartes el sujeto "se ha replegado sobre sí mismo en el centro del cogito, y ha cortado toda relación con el mundo "exterior," a través de los sentidos. El mundo es lo "extenso", lo que se presenta ante este sujeto como lo otro, como lo objetivado, como un lugar desconocido, que en todo caso a la ciencia, le corresponderá indagar." Lo desconocido asusta, y el cambio de paradigma lo es. Tenemos que pasar de los lazos débiles a construir otro tipo de relaciones que contribuyan al desarrollo teórico de la humanidad. Es a partir de accionar y no de reaccionar que podremos contribuir al diseño de nuestros futuros. La tecnología ya está. Es la técnica (el uso que hacemos de ella, los métodos que utilizamos) la que tenemos que procurar cambiar.

Las maquinas fuerzan nuestros comportamientos. Al decir esto no estoy olvidando de las condiciones materiales en que fueron construidas/creadas/inventadas nuestras tecnologías. Pero ese análisis no excluye a la materialidad de lo que ya tenemos. Aquí están. Nos afectan. La única manera en las que nuestras prácticas colectivas dejen la red y se distribuyan al resto de la población es a través de su objetivación. Tenemos que ser capaces de señalarlas para así replicarlas. No podemos seguir negando el poder de los objetos, la retícula que constituyen juntos con los sujetos.

Cuasi-objetos y cuasi-sujetos. Bruno Latour, uno de los divulgadores más vocales y eficaces de la TAR (Teoría del Actor-Red). Así lo explica el investigador Adolfo Estalella: "La Teoría del Actor-Red (TAR) (Latour, 1991; 1988). Una línea en la subdisciplina de los llamados estudios de Ciencia, Tecnología y Sociedad (CTS) que plantea que lo social se construye mediante lo tecnológico, a través de asociaciones híbridas que mezclan elementos heterogéneos: humanos con máquinas, instituciones, etc. Los fenómenos resultan del mantenimiento de esas asociaciones que desde la TAR deben de ser estudiadas de forma simétrica porque las categorías de lo social y lo tecnológico, la distinción entre humanos y máquinas deja de tener sentido."

Un poco más TAR: Parte del enfoque construccionista, pero menos radical en cuanto le da mayor cabida a la dimensión material de la tecnología, al incluir la interacción entre actores humanos y no humanos
- El actor-red se distingue del actor tradicional de la sociología, cuya categoría excluye generalmente cualquier componente no humano
- No se reduce ni a un simple actor ni a una red. Está compuesto, al igual que las redes de series de elementos heterogéneos, animados o inanimados, que han sido ligados mutuamente durante un cierto periodo de tiempo
- Un actor-red es, simultáneamente, un actor cuya actividad consiste en entrelazar elementos heterogéneos y una red que es capaz de redefinir y transformar aquello de lo que está hecha
- Los mecanismos de simplificación y yuxtaposición, explican la dinámica interna de los actores-redes
- La relación entre ciencias sociales (sociología) y tecnología es explicada por este modelo a partir de la siguiente afirmación de Michel Callon (1998a: 163): Transformar la sociología académica en una sociología capaz de seguir a la tecnología a lo largo de su elaboración significa reconocer que el objeto de estudio apropiado no es ni la sociedad misma ni las así llamadas relaciones sociales, sino los actores-red que dan lugar, simultáneamente, a la sociedad y a la tecnología”.

Lo que le falta a la Teoría del Actor-Red es restituir, al final de su camino, el lugar que tiene la totalidad. Aunque hay que ser extremadamente cuidadosos con las palabras, resulta evidente -al menos para mi- que cuando se juntan todos los actores (sean objetos o sujetos), en las tramas ramificadas de sus interacciones existe una totalidad. O mejor dicho, varias, que tienen efectos visibles sobre la 'realidad', o sea, sobre esas relaciones. Por ejemplo: los blogs se pueden ver como una totalidad en la que tenemos, entre otras, cuestiones de tipo material (lugar para publicar, posibilidades e imposibilidades de hacer tal o cual cosa -colocar fotos, audios, videos-), de tipo humano (quién, cuándo, por qué) y de su reticulado (disponibilidad de tiempo y dinero, lo que nos lleva a 'clase social'. El punto es que ésta totalidad tiene un efecto sobre aquel que publica. Y eso es innegable.
En fin: tenemos que hacer visible eso que no queremos ver para no cambiar. Ya paso el tiempo de escudarse en excusas como la propiedad de los medios de producción. Es hora de menos cháchara y más práctica. Práctica teórica. Whatever this means...

2 comentarios:

rafael cippolini dijo...

Sebas
¿De qué manera la técnica forma parte del decorado?
Esa es la cuestión.La gran mayoría de las veces no se discute de tecnología, sino que se usa una cierta imagen de la tecnología para debatir otra cosa.
Se discute de política, de moral, de estética: la tecnología no refiere sino a las distintas industrializaciones de la vida.
Somos de los que piensan que la única forma de discutir sobre tecnología es haciendo/siendo tecnología.

Sebas dijo...

Las tecnologías se convierten en técnicas cuando intervienen las palabras. Técnica = tecnología + ideología (en sus condiciones de recepción, más allá que también allá ideología en sus condiciones de producción).

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