10.7.07

Francesidad

Una reflexión a propósito de la “Crítica de la información”, de Scott Lash:

La semana pasada almorcé en el ¿local de comidas rápidas? ¿restaurant? ¿snack bar? “Bompler”, ese que está sobre Florida entre la avenida Corrientes y Lavalle. Esté tiene una estética que quiere aparentar el modo de ser francés. Además de la bandera tricolor los empleados visten boinas y en el menú hay hongos, papas noissette, y demás platos que pueden ser considerados “franceses”. Evidentemente es muy simple parecer francés y así asumirse como una opción frente a la avalancha norteamericana. Podríamos discutir los intentos de prevalencia o no de dos países que siempre han tenido un afán imperial como lo son Francia y los EE. UU., pero yo deseo quedarme con algo mucho más sencillo, a saber: como algunos nombres afrancesados y una boina pueden constituir el modo de ser francés o, si se quiere, la francesidad. La obvia lógica de la ubicación, los empleados locales, y su carácter de franquicia seguramente transnacional donde todo intento de distinción tiene que ver con operaciones capitalistas básicas, todas estas no alcanzan para evitar que después digamos “che, sabés que hoy comí en un restaurante francés” (como si los restaurantes tuvieran nacionalidad). Retomando, me impacto sobremanera que una simple boina se convirtiera, por metonimia,[1] en condición suficiente para declarar que algo ES francés. Y me vino a la mente una frase de Lash del libre mencionado en el título: ...”el 'desarrollo' cultural se guía menos por el lenguaje lógico de la identidad, la diferencia, el silogismo, la causa y la sustancia, y más por el lenguaje retórico de la metáfora, la metonimia, la sinécdoque y el oximorón.” (2005, Amorrortu, Bs. As.).

[1] Operación -simplificadora- fundamental del capitalismo, como ya advirtió Roland Barthes.

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