6.12.08

La inefabilidad de los catálogos.

A partir de un artículo del siempre interesante Juan Freire en el cual armo un catálogo de 42 libros que
..."explican el papel de internet. No son libros de tecnología. También he evitado los estudios académicos. Algunos hablan directamente de internet, otros en cambio analizan la política, la sociedad, la economía y las organizaciones contemporáneas que, a su vez, son en gran parte consecuencia de la tecnología digital. Por tanto, mi selección trata de internet, pero entendido como algo más que una tecnología, como un paradigma organizativo y de cambio socioeconómico propio de la sociedad red."
y caí en la cuenta, no por primera vez, que estamos rodeados de listados varios que tratan de ordenar por nosotros algo de ésta realidad fractal que nos rodea.


No soy el primero que lo dice, pero no está de más recordar que en la biblioteca los catálogos se llaman metadatos. Leo en Biblioteca y publicaciones digitales de Juan Voutssás Marquez (México D.F., UNAM, 2006) que

"por mucho tiempo se afirmó que en primer catálogo en la historia de las bibliotecas se remonta veintitrés siglos atrás, y fue el registro temático de 120 volúmenes de la Biblioteca de Alejandría (...) realizado cerca del año 265 a.C. (...) (Pero) los metadatos existen en las bibliotecas desde que el primer encargado de una de ellas hizo un listado de las tabletas que se encontraban en su colección, hace ya cerca de cinco mil años. La expedición arqueológica italiana encabezada por Paolo Matthiae excavó en 1975 una colina llamada Tel Mardikh , cerca de Aleppo, en el noroeste de Siria, y descubrió, entre otras cosas, la biblioteca de Ebla dentro del palacio del Rey Aghrish. Ebla, la Ciudad de las Piedras Blancas, llegó a tener 260,000 habitantes, floreció en la Edad de Bronce temprana y fue destruida alrededor del año 2,300 a.C. Su biblioteca contenía más de 17,000 documentos sobre tabletas de arcilla que fueron datados a la mitad del tercer milenio a.C., por lo que muchos la consideran la biblioteca más antigua del mundo."
Entonces, desde que hay libros hay listas. Y cuando el contenido se hace tan denso no sólo nos alcanza con los títulos sino con una valoración que nos ayude a separar la paja del trigo. De listas a descripciones y luego, con la Red, a etiquetas, last.fm, y rejuntes subjetivos, personales de cualquier cosa que merezca/se pueda enumerar.

"La verdad universal no es la simple suma de las particularidades, de las lecturas diferentes, sino la tensión última entre ellas." Es esta tensión, éste espesor de lo real, en palabras de Eliseo Verón , lo que intentamos deshacer, cuando elaboramos una lista. Maniqueísmo factorizado. Me viene a la memoria al ensayo de Roland Barthés, "La Guía Azul", incluído en Mitologías (Bs. As., Siglo XXI, 2005) que dice que "...los hombres sólo existen como "tipos" (...) una suerte de comedia del arte muy cuerda, cuya tipología sirve para enmascarar el espectáculo real de las condiciones, de las clases y de los oficios." Se busca, por tanto, convertir a la realidad en "un sistema numerable y apropiativo, de manera que (...) se pudiese contabilizar lo inefable."

(Subi a Scribd el ensayo de Barthés para evitarles la molestia de tener que buscarlo.)

1 comentario:

Sol dijo...

Sebas? Estás por ahí?

Sabes? Me es imposible leerte. Se me pierden tus letras entre los autos y la autopista del fondo. :(

Cómo andas?
Un abrazo.

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