Aborto

Conversando con una amiga (hace un par de meses) acerca del aborto llegamos a ciertas coincidencias que transcribo aquí (los errores de interpretación son exclusivamente míos).

La discusión suele centrarse en si el feto ya está "vivo" y a partir de cuando se lo puede considerar "vida". Y es justamente la foco del asunto el que está errado. La cuestión acerca de la vida tiene que ver más con la moral y con la ética que con la ciencia. Siempre habrá formas de demostrar, a través del discurso, las bondades de los argumentos pro life y pro choice.

Lo seguro es que si alguien está decidido a abortar, va a encontrar las formas de hacerlo, y prohibirlo desde el Estado solo pone en peligro tanto la vida de la madre como la vida del niño por nacer. Además de darle un negocio posible a profesionales (y no tanto) totalmente inescrupulosos que, para peor, dicen hacerle un bien a la comunidad.

El Estado, haciendo legal el aborto, debería brindarle a la futura madre primero, un subsidio en caso que sus razones sean económicas, es decir, que no disponga de recursos para mantener al niño. Y segundo, asesoramiento psicológico y, por qué no, ético-moral, para hacerle comprender la enormidad de lo que está por hacer. Obviamente presionarla para que no lo haga no es una opción.

Si para algo debería servirnos la política es justo para solucionar este tipo de dilema, llegar a un consenso que respete en la medida de lo posible, los deseos e intenciones de los ciudadanos. Es en el debate, tanto a nivel parlamentario como mediático (mal que les pese a algunos), donde quemamos nuestras diferencias para obtener nuestra verdad, hasta que otra -tal vez- mejor y -de seguro- adecuada a otra época venga a reemplazarla.

Para terminar: si estamos realmente a favor de la vida, tenemos que tener en cuenta que es lo mejor para todos, tanto para los individuos involucrados como para la sociedad en su conjunto. Las ideas que sostengo no son la verdad revelada ni mucho menos si no un par de posibles soluciones tiradas a la pileta.