Conviene, para comprender de que va la cosa, caracterizar a está charla como una cruzada. Y en una que se precie de tal siempre hay buenos y malos, y está no se libra de semejante estigma. Pero en está los personajes están recubiertos por una patina de corrección política empalagosa. ¿Qué tiene que ver la presentación de un libro en la Feria del Libro con estas cuestiones? Si hay algo que aprendí a través de los años es que uno escribe en contra de otra gente. Y esta presentación se trato de eso justamente. De delimitar el campo de batalla y buscar que tomemos una posición.
El comienzo fue muy pacífico. Fue una suerte haber llegado con suficiente tiempo porque, en primer lugar, nos daba tiempo para comprar el libro en cuestión. Y en segundo lugar porque llegar a la sala fue difícil, como mínimo. Había que atravesar dos pabellones (y aquellos que suelen ir a la feria saben que eso no es moco de pavo) para luego volver al exterior, rodear un edificio y los libros que allí se descargaban para, finalmente, bordear una vieja pero restaurada construcción con un tufo (visual, no aromático) rural inconfundible. Y recién entonces encontraba al edificio administrativo acondicionado especialmente para la ocasión. Escalera mecánica y largo pasillo con alfombra roja y guardias de seguridad a los lados de por medio, entramos a la sala donde iba a tener lugar la charla con quince minutos de anticipación. Y ya había gente. Estaba el autor, evidentemente no acostumbrados a las entradas mediáticas, sentado en la mesa junto con una de las personas que lo acompañarían a lo largo de la charla, Ernesto Van Pobergh. En su currículum online podemos leer que es "un consultor especializado en comunicaciones para un desarrollo sustentable utilizando medios participativos y la Web 2.0." Además tiene un MBA (Master in Bussiness Administration) de la Universidad de Harvard y ha sido profesor de la Universidad Católica y la Universidad del Belgrano. Ya que estamos podemos ahondar en el curriculum de Piscitelli: Además de docente universitario en distintas casas de estudio, ha sido (durante el periodo 2003 - 2008) el gerente general de Educ.ar y es el co-creador (junto a Raul Drelichmann) del "InterLink Headline News", el primer diario digital de la Argentina, que se publica todos los días desde el 31 de Enero de 1995.
Entre los asistentes, unos 60 (la sala tenía capacidad para 100 personas), a la disertación hay que resaltar la presencia de la madre del autor (el libro está dedicado a su ya fallecido padre), varios colegas universitarios, alumnos, y ex colaboradores de Educ.ar. Tuvo un público amistoso y dispuesto a seguir las ideas del profesor sin demasiada resistencia. El primer disparo lo hace al decir que "en está feria casi no hay libros digitales", para luego sorprender(nos) con un dato: En 3 años, el 50% de los libros publicados serán digitales. Enumera a continuación los abuelos de su libros, esos que le dieron material: "Los barbaros", de Alessandro Baricco; "Born Digital", de John Palfrey y Urs Gasser; y Generación Einstein, de Jeroen Boschma. Y subraya el chozno, condición fundamental de producción al momento de escribir: "El maestro ignorante", de Jaques Ranciere. Y dice que el libro (su libro), a pesar de estar pensando lo digital, sigue siendo muy analógico. Como si a alguien le hubiera quedado alguna duda.
Luego de tantas cuestiones analógicas sigue con una separación en castas digitales: nativos, inmigrantes, colonos y no nativos. No olvida realizar una mención rápida a los excluidos, que ni siquiera tienen la posibilidad de escoger en que categoría están. Los nativos digitales son aquellos menores de 20 o 25 años que nacieron durante la expansión de Internet a nivel global, y no conciben su vida sin ella. Los inmigrantes son los que adoptaron Internet pero están, coloquialmente, siempre detrás de la zanahoria. Los colonos son aquellos que, en palabras de Piscitelli, "vieron lo que se viene y se dan vuelta y tocan en el hombro a varias personas para señalarselo: los nativos viven en otro mundo, uno diferente." Y los no nativos son los que están afuera, esos excluidos que mencionamos anteriormente.
Para el autor, según dijo en una entrevista realizada por Franco Piccato, de la Voz del interior y publicada el 25 de abril, estas categorías "no son una divisoria generacional. Hay gente grande que puede pasar por nativa, aunque no son muchos, y jóvenes que pueden pasar por inmigrantes. De todas maneras, pese a las críticas que hay sobre ella, creo que es una distinción rica, interesante y valiosa. Por eso titulé el libro así, a pesar de quienes dicen que es discriminatoria porque acentúa las diferencias y excluye a los adultos."
Tanto hablar de nativos, que hasta nos trajo uno. Mejor dicho, una. Caso contrario, adujo el autor, la charla se parecería a La familia obrera, una intervención que el artista Oscar Bony montó en el Instituto Di Tella allá por 1968, donde mostraba en vivo a la familia de un obrero matricero (con esposa e hijo) realizando su rutina cotidiana sobre una tarima. La nativa digital es Ana Clara Dalla Valle, oriunda de Pujato, provincia de Santa Fe, que con 20 años no deja de sorprender con su velocísima verborragia, tanto así que casi nos deja con una infoxicación (intoxicación por exceso de información) de esas que tanto se mencionan por ahí. Supo en su juventud discutir con una profesora porque está última no supo responder a una de sus preguntas. Hasta que llego Internet a su vida, y con ella respondió todas sus dudas. Miren si sera nativa la chica que hasta sostiene que hay un quiebre tanto con la aparición de Google como con la de You Tube, verbigracia, cercanas a divisiones más religiosas.
Luego, Ernesto Van Peborgh introduce el concepto de Mediamorfósis, con el que se refiere al pasaje de "medios tradicionales a nuevos medios con mucha injerencia de los usuarios." Para él los nativos digitales están englobados en cuatro C: son aquellos que Crean, Colaboran, Ceden y Comparten. Tanto comparten que desde un tiempo ha viene ocurriendo algo bastante fuera de lo común: el Social Homeworking. En criollo, los chicos hacen la tarea de la escuela conectados, y colaborando entre si. Entonces, dice, queda claro que "la revolución no es tecnológica ya, sino filosófica. " Y si es filosófica, necesitamos alguien que nos ayude a comprenderla, y ese es Alejandro Piscitelli, el Dumbledore de los nativos digitales. Y muestra una foto photoshopeada del autor (que ya de por si se le parece bastante) para asemejarlo al venerable personaje de la saga de Harry Potter.
Cierra la charla Piscitelli. Muestra lo que se viene en materia tecnológica: cámaras fotográfica que ya no cabrán en la palma de la mano, sino que estarán allí, y con ellas haremos los encuadres, como si estuviéramos jugando. Y linkea a Ana Clara, que tiene, según él "pasión y alegría por el conocimiento y que demuestra, además, que el recorrido se lo inventa cada uno." Si Ana Clara es nativa hecha y derecha, Obama (si, el presidente de los Estados Unidos) es un mediador intergeneracional transmedial, ya que ha incluido lo digital en la vida diaria de la Casa Blanca. Vemos el trabajo diario en su cuenta de Flickr, un reservorio digital de fotografías subidas por los usuarios. Tiene cuenta de Twitter y Facebook (es el facebookeano más famoso). Y, como si todo esto fuera poco, tiene hijos, es decir, nativos digitales, para marcarle el camino. Entonces, por todo esto, y tambien por reseñar su trabajo en Educ.ar, es que Nativos digitales es un libro de acción.
Y volvemos a lo que decía al comienzo. Está es una cruzada, contra el estaticismo bienpensante que piensa que la única arma que tenemos contra la ignorancia son los libros y los maestros del estilo yo enseño, tu escuchas. Para Piscitelli, las ideas no están separadas de las prácticas, y las teorías no son cuestiones que bien haríamos en dejar a, valga la redundancia, los teóricos, porque "las ideas, hoy, son instrumentos, teorías incorporadas; ya que, hoy, la vanguardia es horizontal. Y hemos dejado el lugar de contempladores para ser prosumidores". No solo consumimos, sino que además producimos. Tal como debe ser.
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