Hace unos días escuche en la facultad que "el proyecto de ley de servicios audiovisuales se está sacando a las apuradas... necesitamos discutirla más" y me recomendaron leer con detenimiento los articulos del 33 al 35. El 33 trata de la duración de las licencias (10 años), y el 34 sobre la renovación de las mismas (otros diez, salvo faltas graves y reiteradas). Supongo que lo que me querían señalar es lo siguiente:
Se autoriza la transferencia de acciones o cuotas partes de las sociedades licenciatarias luego de CINCO (5) años de transcurrido el plazo de la licencia y cuando tal operación fuera necesaria para la continuidad del servicio, respetando que se mantenga en los titulares de origen más del CINCUENTA POR CIENTO (50%) del capital sucripto o por suscribirse y más del CINCUENTA POR CIENTO (50%) de la voluntad social. La misma estará sujeta a la previa comprobación por la Autoridad de Aplicación que deberá expedirse por resolución fundada sobre la autorización o rechazo de la transferencia solicitada teniendo en cuenta el cumplimiento de los requisitos solicitados para su adjudicación y el mantenimiento de las condiciones que motivaron la adjudicación. No podrán obtener prórroga de la licencia quienes hayan sido sancionados reiteradamente con falta grave, según la tipificación establecida por la presente ley y sus reglamentos.
Esto deja abierto el campo para que cualquiera pueda meter el pie grande en la torta de la comunicación. Puede ser. Y, parece ser, que podran revocar licencias a voluntad. Tendremos que luchar para cambiar eso. Toda ley es perfectible. Si no, para qué necesitamos todo el sistema judicial. Las leyes, en ocasiones, siguen los pasos de las costumbres. Y si los argentinos tenemos una costumbre simpática, es la de opinar sobre todo... tenemos opinión sobre el tema que se nos ocurra. No dejemos que el árbol nos tape el bosque. De eso se trata ésta ley, de ampliar nuestra capacidad de acceder a los medios para comunicarnos a un menor costo y con mayor facilidad.
Seguir discutiendo, me dijeron. Eso venimos haciendo estos últimos 26 años, sin solución de continuidad. El resultado: varios proyectos presentados, ninguno tomo siquiera estado parlamentario. Si no es ahora, ¿cuándo? Si no es este, ¿cuál? Siento mucho ser esquemático, pero si continuamos la chachara le estamos haciendo el juego a la derecha y a todos aquellos que se benefician de mantener el status quo. Y no me digan que lo podemos sacar igual después del diez de diciembre. No se va a poder. O acaso no escucharon a la oposición más cerril (no hablo de Sabatella, no hablo de Pino).
Es probable, casi una certeza, porque todo acto político lo tiene, que el gobierno persiga fines non sanctos con ésta ley. Pero cuando este gobierno deje el poder, y en algún momento sucederá (no estoy implicando que este en contra del gobierno per se sino que tengo muchas objeciones a sus políticas y más que nada a sus formas), la ley seguirá en pie. Y los beneficiados vamos a ser nosotros. Lo siento: el fin justifica los medios. Pragmático hasta las medias, lo admito, pero recuerden que esto es realpolitik y que, al fin de cuentas, la unica verdad es la realidad.